El verano ha llegado para quedarse y con ello, las altas temperaturas, los bebés son los más sensibles a estos meses de extremo calor, por eso, es importante seguir las pautas adecuadas para pasar esta estación del año sin sobresaltos y evitarle agobios o sofocos al peque.
La habitación del bebé
Cuando tenemos calor, lo más habitual es que encendamos el aire acondicionado o el ventilador para tratar de suavizar nuestro sofoco, pero ¿crees realmente que es bueno para nuestra salud abusar de ello? Para los bebés tampoco, por lo que se debe evitar en todo momento exponerles al chorro de aire de manera directa.
La temperatura ideal para nuestro bebé oscila entre los 18º-22º C así que debemos buscar una temperatura media para todas las habitaciones de la casa, pon el aire acondicionado en el cuarto que vayas a llevar al peque a unos 23º C media hora antes de llevarle y quítalo cuando ya esté en él.
También es conveniente dejar las persianas del cuarto cerradas durante el día y ventilar por la mañana unos 15 minutos.
Por otro lado, debe haber cierto grado de humedad en el ambiente, para ello puedes utilizar un humidificador pero que no supere el 50 por ciento de humedad ya que podría llegar a producir hongos que provocase una alergia en el niño.
El paseo del bebé
Lo recomendable es pasear a tu bebé a primera hora de la mañana o a última de la tarde ya que los rayos solares son menos fuertes. Además, debes protegerle con gorros y ropa fresca y transpirable. Es mejor para días muy calurosos que sustituyas la mochila de porteo por la sillita de paseo con una buena sombrilla para hacerle sentir más cómodo y libre.
¿Es bueno llevar al peque a la playa?
Lo más adecuado es que no lleves a tu bebé a la playa hasta que cumpla los seis meses. Pero si tu bebé supera esta edad, llévale a las horas de menos sol y mantenle siempre debajo de la sombrilla.
Con los ojos del bebé también hay que extremar la precaución ya que son más sensibles a los efectos nocivos de sol. Se les debe proporcionar a los peques, gafas de sol adaptadas desde sus primeros años de vida para evitar quemaduras o conjuntivitis.