Durante el embarazo nuestro cuerpo sufre muchas transformaciones tanto internas como externas. Mes a mes nuestro vientre se hincha y nuestra piel se estira más y más. ¡Pero su elasticidad tiene un límite! Por lo que es de lo más normal que aparezcan estrías en el embarazo.
Entre las preocupaciones de muchas mamás están la aparición de esas líneas que zigzaguean por algunas partes de su cuerpo y las manchas que se instalan en su rostro. Problemas que son más estéticos que médicos pero que minan, muchas veces, la autoestima de la mujer.
Difíciles de combatir una vez se han instalado, la prevención es la mejor arma que tenemos para minimizarlas.
Estrías en el embarazo
¿Qué son las estrías?
Las estrías son cicatrices situadas en la dermis (la segunda capa de la piel, justo entre la epidermis, la capa superficial y la hipodermis, su capa más profunda).
Esas cicatrices se producen cuando las fibras elásticas de la misma, sometidas a un estiramiento extremo se rompen. Sus causas son debidas a un aumento de peso o a un adelgazamiento rápido o una modificación hormonal importante. Puede ocurrir en la pubertad o cuando se sigue un régimen de adelgazamiento (sobre todo por el efecto yoyo del mismo) o por alguna enfermedad. No es un problema exclusivo de la mujer. Los hombres también pueden sufrir de estrías al engordar o adelgazar muy rápido.
Durante la gestación, se suma al aumento de kilos y la segregación de más cortisol, una hormona que vuelve más frágiles las fibras elásticas y particularmente el colágeno. Así, las estrías en el embarazo aparecen en casi todas las futuras mamás.
¿Dónde aparecen las estrías?
Sin duda su localización predilecta es el vientre. Se van desde el pubis hasta el ombligo, caderas y muslos. Pero también se pueden encontrar en el pecho, el trasero, hombros, espaldas, parte interior de los brazos… Vamos, que ¡pocas zonas se libran!
¿Cuándo aparecen?
Durante los primeros seis meses de embarazo no nos damos cuenta de que están apareciendo. Pero en el último trimestre, cuando más se hincha la tripa, es cuando aprovechan (¡las muy ladinas!) para aparecer bruscamente.
En realidad depende mucho de cada mujer, a veces pueden aparecer antes o incluso, no aparecer.
¿Se puede limitar su aparición?
Si estamos predispuestas a las estrías, no existe ningún milagro para evitar su aparición pero sí podemos retrasar su llegada y limitar sus “estragos”.
Es difícil, por no decir imposible hacerlas desaparecer por completo, sin embargo, si las tratamos cuando están rojas e hinchadas, podemos atenuarlas. Su talla será sensiblemente más pequeña y su color pasará del rojo al blanco, quedando así más “camufladas”.
Consejos para evitar la aparición de las estrías en el embarazo:
- Hidratar el cuerpo por dentro: Durante el embarazo se pierden muchos líquidos sobre todo porque el agua, de la que estamos compuestas, se redistribuye por nuestro cuerpo de manera distinta. Se pueden hinchar extremidades y quedarse más secas otras zonas del cuerpo. Además, a medida que va avanzando el embarazo, necesitamos hidratarnos cada vez más. Se hace imprescindible beber dos litros de líquido al día y consumir alimentos ricos en antioxidantes y vitamina C (cítricos, kiwi, piña, frutos rojos, tomates… y verduras como el brócoli por ejemplo).
- También hay que hidratar el exterior: Nuestra piel agradecerá cremas y aceites nutritivos y suaves y mejor aún si son de origen natural. Hay productos especialmente creados para el cuidado de la piel durante el embarazo y el post parto que favorecen la jugosidad y la elasticidad de la piel. Son productos en los que reinan la almendra dulce, el aguacate o la rosa mosqueta. Para que sean eficaces hay que utilizarlos desde los primeros meses de embarazo, en un suave masaje, por la mañana y por la noche.
- Evitar coger kilos de más. Intentar tener una alimentación equilibrada.
- No exponerse al sol sin protección adecuada.
- Hacer deporte regularmente. Si no se es deportista habitual, andar a diario, pasear, ir de vez en cuando a nadar… mantendrá la musculatura en forma.
- Alejarse de todo lo que pueda provocar estrés.
Cloasma
A partir del segundo trimestre de embarazo, sobre todo en las mamás de tez oscura, suelen aparecer en el rostro unas manchitas de color café con leche. Estas manchas son lo que se denominan cloasma, melasma y también muy conocidas como “paños de embarazo”.
Esas manchas son debidas a la fuerte acción hormonal a la que está expuesto nuestro cuerpo que, combinada con la exposición solar aparecen rápidamente.
Es recomendable usar durante el embarazo, desde los primeros meses, una crema hidratante con protector solar alto, aún los días en lo que esté el día nublado, para prevenirlas. Además si es verano, no salir sin sombrero ni gafas de sol.
Estas manchas suelen desaparecer progresivamente tras el parto. Si no lo hacen, se puede solicitar a nuestro médico que nos recete un tratamiento adecuado para librarnos de ellas. Hasta entonces, no debemos hacer uso de ninguna crema despigmentante ni blanqueante. Son demasiado agresivas para usarlas cuando nuestra piel está expuesta a tantos cambios y tan sensible.
No hay que preocuparse en exceso, ya que los “paños” desaparecen, y las estrías en el embarazo se pueden reducir y minimizar. Lo importante es sentirnos seguras de nosotras mismas y querernos con los “defectillos” que nos deja la maternidad. Solo así podemos ser felices y hacer felices a nuestros pequeños y a todos los que nos importan. Esas pequeñas cicatrices no son más que la prueba de nuestra vida. Son cicatrices de amor no de dolor.